¿Qué Nos Dicen Los Clásicos Sobre Los Continentes Desaparecidos?
fuente Fedex Despierta
Helena Blavatsky (1831 – 1891), fue una escritora, ocultista y teósofa rusa. Fue también una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica y contribuyó a la difusión de la Teosofía moderna. Sus libros más importantes son Isis sin velo y La Doctrina Secreta, escritos en 1875 y 1888, respectivamente.
La piedra volcánica color gris, de las cuales están talladas los moai provenía de este volcán Rano Raraku. Todos los moai que estan de pie han sido erigidos recientemente, ya que los mismos habían sido derribados antes el siglo XVIII. La desordenada ubicación de los moai en Rano Raraku indica que probablemente estaban siendo trasladados al Ahu de algunas aldeas y que fueron abandonados a causa de la guerra.
El tipo de piedra que se encuentra en el lugar es única en la isla, la que es llamada “Toba Lapilli”, la principal característica de ésta es su poca dureza, lo que habría beneficiado a los artesanos permitiéndoles mayor facilidad al momento de tallar los moai. Además de esto, el volcan Rao Raraku, se encontraban cerca del área de la peninsula de “Poike”, donde tenían el recurso madera gracias a las palmeras que allí existieron.
Otro estilo de Moai: Si bien todos los moai son diferentes, todos estan tallados baje el mismo estilo: Ángulos rectos, nariz perfilada, faciones duras, cuerpo estilizado. Sin embargo, fue encontrado por el famosisimo explorador Thor Heyerdahl (Uno de los tantos investigadores que han tratado de demostrar la procedencia de la Cultura Polinésica) en una expedición que realizó en 1955: El “Tuku Turi”. Este moai a diferencia de los otros, esta sentado, ademas su cuerpo y cabeza son de forma y proporciones mucho mas anatomicamente correctas que el resto de los moais, su nariz es chata y redondeada. Se estima que su data es del siglo VI.
En el libro “Aku Aku” aparece que fue una verdadera sorpresa para los Rapa Nui encontrar este moai, porque nunca habían visto otro similar ni escuchado alguna leyenda acerca del Tuku Turi.
ALGUNOS DE LOS MOAI MAS ESTUDIADOS DE ISLA DE PASCUA
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Fuente: Exociencias
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Moai sin terminar en la ladera de la cantera Rano Raraku
MOAIS EN LA LADERA DEL VOLCAN RANO RARAKU
La piedra volcánica color gris, de las cuales están talladas los moai provenía de este volcán Rano Raraku. Todos los moai que estan de pie han sido erigidos recientemente, ya que los mismos habían sido derribados antes el siglo XVIII. La desordenada ubicación de los moai en Rano Raraku indica que probablemente estaban siendo trasladados al Ahu de algunas aldeas y que fueron abandonados a causa de la guerra.
El tipo de piedra que se encuentra en el lugar es única en la isla, la que es llamada “Toba Lapilli”, la principal característica de ésta es su poca dureza, lo que habría beneficiado a los artesanos permitiéndoles mayor facilidad al momento de tallar los moai. Además de esto, el volcan Rao Raraku, se encontraban cerca del área de la peninsula de “Poike”, donde tenían el recurso madera gracias a las palmeras que allí existieron.
Otro estilo de Moai: Si bien todos los moai son diferentes, todos estan tallados baje el mismo estilo: Ángulos rectos, nariz perfilada, faciones duras, cuerpo estilizado. Sin embargo, fue encontrado por el famosisimo explorador Thor Heyerdahl (Uno de los tantos investigadores que han tratado de demostrar la procedencia de la Cultura Polinésica) en una expedición que realizó en 1955: El “Tuku Turi”. Este moai a diferencia de los otros, esta sentado, ademas su cuerpo y cabeza son de forma y proporciones mucho mas anatomicamente correctas que el resto de los moais, su nariz es chata y redondeada. Se estima que su data es del siglo VI.
En el libro “Aku Aku” aparece que fue una verdadera sorpresa para los Rapa Nui encontrar este moai, porque nunca habían visto otro similar ni escuchado alguna leyenda acerca del Tuku Turi.
ALGUNOS DE LOS MOAI MAS ESTUDIADOS DE ISLA DE PASCUA
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Fuente: Exociencias
" data-blogger-escaped-data-image-meta="[]" data-blogger-escaped-data-image-title="Las Estatuas de la Isla de Pascua…Tienen Cuerpo!" data-blogger-escaped-data-large-file="" data-blogger-escaped-data-medium-file="" data-blogger-escaped-data-orig-file="" data-blogger-escaped-data-orig-size="" data-blogger-escaped-data-permalink="https://despiertacordoba.wordpress.com/?p=2976" src="https://oldcivilizations.files.wordpress.com/2011/08/homero_01.jpg?w=320&h=396" title="homero_01" width="258" height="320">
Helena Blavatsky (1831 – 1891), fue una escritora, ocultista y teósofa rusa. Fue también una de las fundadoras de la Sociedad Teosófica y contribuyó a la difusión de la Teosofía moderna. Sus libros más importantes son Isis sin velo y La Doctrina Secreta, escritos en 1875 y 1888, respectivamente.
En sus escritos, de gran erudición, se refirió a una serie de
civilizaciones antiguas, algunas de ellas perdidas, que han servido de
inspiración a escritores posteriores que han tratado estos temas. Me he
basado en algunos de sus escritos para redactar este artículo.
Siendo el objetivo del filósofo griego Platón instruir como
moralista más que como geógrafo y etnólogo o historiador, esumió la
historia de la Atlántida, que abarcaba varios millones de años, en un
suceso que colocó en una isla comparativamente pequeña, de 3.000
estadios de largo por 2.000 de ancho (unas 350 millas por 200, que es el
tamaño de Irlanda); mientras que los sacerdotes hablaron de la
Atlántida como de un continente tan vasto como “toda el Asia y la Libia”
juntas. Pero el relato de Platón, aunque alterado en su aspecto
general, tiene el sello de la verdad.
La piedra volcánica color gris, de las cuales están talladas los moai provenía de este volcán Rano Raraku. Todos los moai que estan de pie han sido erigidos recientemente, ya que los mismos habían sido derribados antes el siglo XVIII. La desordenada ubicación de los moai en Rano Raraku indica que probablemente estaban siendo trasladados al Ahu de algunas aldeas y que fueron abandonados a causa de la guerra.
El tipo de piedra que se encuentra en el lugar es única en la isla, la que es llamada “Toba Lapilli”, la principal característica de ésta es su poca dureza, lo que habría beneficiado a los artesanos permitiéndoles mayor facilidad al momento de tallar los moai. Además de esto, el volcan Rao Raraku, se encontraban cerca del área de la peninsula de “Poike”, donde tenían el recurso madera gracias a las palmeras que allí existieron.
Otro estilo de Moai: Si bien todos los moai son diferentes, todos estan tallados baje el mismo estilo: Ángulos rectos, nariz perfilada, faciones duras, cuerpo estilizado. Sin embargo, fue encontrado por el famosisimo explorador Thor Heyerdahl (Uno de los tantos investigadores que han tratado de demostrar la procedencia de la Cultura Polinésica) en una expedición que realizó en 1955: El “Tuku Turi”. Este moai a diferencia de los otros, esta sentado, ademas su cuerpo y cabeza son de forma y proporciones mucho mas anatomicamente correctas que el resto de los moais, su nariz es chata y redondeada. Se estima que su data es del siglo VI.
En el libro “Aku Aku” aparece que fue una verdadera sorpresa para los Rapa Nui encontrar este moai, porque nunca habían visto otro similar ni escuchado alguna leyenda acerca del Tuku Turi.
ALGUNOS DE LOS MOAI MAS ESTUDIADOS DE ISLA DE PASCUA
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Fuente: Exociencias
" data-medium-file="" data-large-file="" class="aligncenter size-full wp-image-2974" title="Platón" src="https://oldcivilizations.files.wordpress.com/2011/08/platc3b3n1.jpg?w=250&h=331" alt="" width="483" height="640">
No fue él quien lo inventó, pues Homero, que le precedió muchos
siglos, habla también de los atlantes en su Odisea y de su isla. Por
tanto, la tradición es más antigua que la aventura de Ulises. Los
atlantes y las atlántidas de la Mitología están basados en los atlantes y
las Atlántidas de la Historia. Tanto Sanchoniathon, escritor fenicio
del 1000 a.C., como Diodoro, historiador griego del siglo I a. C, han
preservado las historias de aquellos héroes y heroínas, por mucho que se
hayan mezclado sus relatos con el elemento mítico. En nuestros propios
días observamos el hecho extraordinario de que la existencia de
personajes relativamente tan recientes como Shakespeare y Guillermo Tell
haya sido negada. No hay, pues, que admirarse de que dos poderosas
razas (los lemures y los atlantes) hayan sido resumidas e identificadas,
en el tiempo, con unos pocos pueblos míticos que llevaron el mismo
nombre de familia.
Moai sin terminar en la ladera de la cantera Rano Raraku
MOAIS EN LA LADERA DEL VOLCAN RANO RARAKU
La piedra volcánica color gris, de las cuales están talladas los moai provenía de este volcán Rano Raraku. Todos los moai que estan de pie han sido erigidos recientemente, ya que los mismos habían sido derribados antes el siglo XVIII. La desordenada ubicación de los moai en Rano Raraku indica que probablemente estaban siendo trasladados al Ahu de algunas aldeas y que fueron abandonados a causa de la guerra.
El tipo de piedra que se encuentra en el lugar es única en la isla, la que es llamada “Toba Lapilli”, la principal característica de ésta es su poca dureza, lo que habría beneficiado a los artesanos permitiéndoles mayor facilidad al momento de tallar los moai. Además de esto, el volcan Rao Raraku, se encontraban cerca del área de la peninsula de “Poike”, donde tenían el recurso madera gracias a las palmeras que allí existieron.
Otro estilo de Moai: Si bien todos los moai son diferentes, todos estan tallados baje el mismo estilo: Ángulos rectos, nariz perfilada, faciones duras, cuerpo estilizado. Sin embargo, fue encontrado por el famosisimo explorador Thor Heyerdahl (Uno de los tantos investigadores que han tratado de demostrar la procedencia de la Cultura Polinésica) en una expedición que realizó en 1955: El “Tuku Turi”. Este moai a diferencia de los otros, esta sentado, ademas su cuerpo y cabeza son de forma y proporciones mucho mas anatomicamente correctas que el resto de los moais, su nariz es chata y redondeada. Se estima que su data es del siglo VI.
En el libro “Aku Aku” aparece que fue una verdadera sorpresa para los Rapa Nui encontrar este moai, porque nunca habían visto otro similar ni escuchado alguna leyenda acerca del Tuku Turi.
ALGUNOS DE LOS MOAI MAS ESTUDIADOS DE ISLA DE PASCUA
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Fuente: Exociencias
En “Los nueve libros de la historia”. Herodoto nos dice los
siguiente: “Más allá de los Garamantes, a distancia también de diez
leguas de camino, se ve otro cerro de sal, otra agua y otros hombres que
viven en aquellos alrededores, a quienes dan el nombre de Atlantes; son
los hombres anónimos que yo conozca, pues si bien a todos en general se
les da el nombre de Atlantes, cada uno de por sí no lleva en particular
nombre alguno propio. Cuando va saliendo el sol le cargan de las más
crueles maldiciones e improperios, porque es tan ardiente allí, que
abrasa a los hombres y sus campiñas.
Tirando adelante otras diez jornadas, se hallará otra colina de sal
y en ella su agua; cerca del agua, gentes que allí viven. Con esta
cordillera de sal está pegado un monte que tiene por nombre Atlante,
monte delgado, por todas partes redondo, y a lo que se dice tan elevado,
que no alcanza la vista a su cumbre por estar en verano como en
invierno siempre cubierta de nubes. Dicen los naturales que su monte es
la columna del cielo; de él toman el nombre sus vecinos, llamándose los
Atlantes, de quienes se cuenta que ni comen cosa que haya sido animada,
ni durmiendo sueñan jamás”.
En La Odisea, Hornero pone estas palabras en boca de la diosa
Atenea: “Nuestro padre, hijo de Cronos, preclaro gobernante… mi corazón
está destrozado por el sabio Odiseo, hombre desgraciado, que abandonó
hace tanto tiempo a sus amigos y que vive tristemente en una isla
situada en el centro mismo del mar. En esta isla boscosa habita una
diosa, hija del habilidoso Atlas, que conoce la profundidad de cada mar y
conserva los altos pilares que separan el cielo de la tierra…“.
La referencia a Atlas y Cronos resulta especialmente interesante,
en relación a la “isla situada en el centro mismo del mar“. Hornero
sigue hablando del barco de Odiseo que alcanzó “el límite del mundo.
Allí se hallan los territorios y la ciudad de los Kimerioi, envuelta en
brumas y nubes…“.
En La Odisea, el poeta griego hace referencia a Esqueria, una isla
situada muy lejos, en el océano, donde los feacios “viven aparte, muy
lejos, sobre la inconmensurable profundidad y en medio de las olas —los
más remotos entre los hombres…“. También describe la ciudad de Alanco,
atribuyéndole una profusión de riqueza y magnificencia que recuerda la
descripción platónica de la Atlántida. Aunque los nombres son distintos,
esta poderosa isla de Esqueria es otro indicio del recuerdo de una
isla-continente situada más allá de las Columnas de Hércules, en el
océano occidental.
Según Platón, su información básica acerca de la Atlántida provenía
de fuentes egipcias. Por esta razón podemos pensar que otros
documentos, en forma de papiros, deberían hacer referencia también a la
isla sumergida. En este sentido se han interpretado algunas alusiones
que aparecen en documentos antiguos. Por ejemplo, cuando se habla del
“reino de los dioses“, miles de años antes de las primeras dinastías
egipcias. Manetón, sacerdote e historiador egipcio del siglo III a.C.,
nos ilustra sobre la época aproximada en que los egipcios cambiaron su
calendario y coincide con el mismo período en que según Platón se habría
producido el hundimiento de la Atlántida, hace unos 11.500 años. Se
cree que en el museo de San Petersburgo existían, antes de la revolución
rusa, otros documentos egipcios “perdidos“. Se dice que existía un
documento particularmente misterioso en el que se relataba una
expedición que había enviado un faraón de la segunda dinastía a
investigar lo que había ocurrido con la Atlántida y a descubrir si
quedaban restos de ella. Se afirmaba que había regresado al cabo de
cinco años, sin haber cumplido su misión, cosa que resulta comprensible.
Hay también documentos egipcios que hablan de invasiones de
“pueblos del mar” que llegaron “desde los confines del mundo“,
ilustrados con pinturas murales monumentales que todavía pueden verse en
Medinet-El Fayum. Aunque la mayoría de los pergaminos egipcios debieron
resultar quemados en la destrucción de la biblioteca de Alejandría, es
posible que existan otros documentos escritos, enterrados en alguna
tumba todavía no descubierta y que se mantengan en buen estado de
conservación, gracias al clima seco que reina en Egipto. El historiador
griego Heródoto (siglo V a.C.) nos ha dejado referencias diversas
respecto a un nombre similar al de Atlántida y a una ciudad misteriosa
situada en el océano Atlántico que algunos han considerado como una
colonia de la Atlántida o incluso como la Atlántida misma: “Los primeros
griegos que realizaron largos viajes —escribe Heródoto—, estaban
familiarizados con Iberia (España) y con una ciudad llamada Tartessos, …
más allá de las Columnas de Hércules… a la vuelta de la cual los
primeros comerciantes obtuvieron un beneficio mayor que el conseguido
por griego alguno antes…” .En otro pasaje de sus obras, Heródoto habla
de una tribu llamada Atarantes y también de otra, los Atlantes, “… que
toman su nombre de una montaña llamada Atlas, muy puntiaguda y redonda,
tan soberbia, además, que, según se dice, la cumbre nunca puede verse,
porque las nubes jamás la abandonan, ni en verano ni en invierno…“.
Heródoto se sentía interesado tanto en la historia antigua como
contemporánea y creía que el Atlántico había penetrado en la cuenca
mediterránea como consecuencia de un terremoto que había hecho
desaparecer el istmo que era entonces el estrecho de Gibraltar. Luego de
hallar fósiles de conchas marinas en las colinas de Egipto también
especuló acerca de la posibilidad de que parte de la tierra que en otro
tiempo había sido tierra firme hubiera acabado en el mar y, a la
inversa, algunos territorios hubieran emergido de las profundidades
oceánicas.
Vemos que Herodoto habla de los atlantes, pueblo del África
Occidental, que dieron su nombre al Monte Atlas; los cuales eran
vegetarianos, y “cuyo sueño nunca era turbado por sueños”; y que, sin
embargo, maldecían diariamente al sol cuando salía y se ponía, porque su
calor excesivo los abrasaba y atormentaba. Según Helena Blavatskyestas
manifestaciones están basadas sobre hechos morales y psíquicos y no
sobre disturbios fisiológicos.
La historia de Atlas da la clave de esto. Si los atlantes no tenían
nunca turbado su sueño por ensueños, es porque esa tradición particular
se refiere a los atlantes primitivos, cuya constitución y cerebro
físico no estaban aún lo suficientemente consolidados en el sentido
fisiológico para permitir actuar a los centros nerviosos durante el
sueño. Respecto de la otra declaración, de que “maldecían diariamente al
sol”, esto tampoco tiene que ver con el calor, sino con la degeneración
moral que creció a la par que la Raza. También según Blavatsky “Ellos
(la sexta subraza de los atlantes) usaban encantos mágicos hasta en
contra del sol”, y al fracasar en su intento, le maldecían. Se atribuía a
los brujas de Tesalia el poder de hacer descender a la Luna, según nos
lo asegura la historia griega. Los atlantes de los últimos tiempos eran
famosos por sus poderes mágicos y su perversidad, por su ambición y su
desprecio de los dioses. De aquí las mismas tradiciones que tomaron
forma en la Biblia, acerca de los gigantes antediluvianos y la Torre de
Babel, y que se encuentran también en el Libro de Enoch.
Es posible que las brujas de Tesalia fueran realmente de origen
atlante. Se sabe que vivían en las llanuras de Tesalia, y las escasas
informaciones que nos han llegado, especialmente de una de ellas, son
gracias al poeta romano Marco Anneo Lucano y a las referencias que sobre
ella encontramos en su libro “La Farsalia” donde narra la guerra que
mantuvieron César y Pompeyo el Grande. Lucano nos cuenta que el nombre
de esta bruja era Erichtho y también que vivía en la provincia de
Tesalia junto con otras brujas en los años 49 y 45 a.C. que es cuando
tiene lugar la guerra entre los romanos. Lucano nos cuenta cómo apareció
Erichtho en las llanuras de Farsalia contratada por Sexto, el hijo de
Pompeyo el Grande, el cual había tenido un sueño premonitorio el día
anterior a la batalla. En algunos pasajes de “La Farsalia“, encontramos
las primeras referencias a ella: “..Cuando los líderes han extendido sus
tiendas sobre esas llanuras maldecidas por Las Parcas, cada una de sus
mentes presiente una guerra cruenta e infausta porque la presencia en
esas tierras de Las Parcas ha anulado toda probabilidad de éxito, puesto
que destruyen todos lo que tocan. Los espíritus de las llanuras
temblaban presagiando el infortunio. Confundido entre la multitud estaba
Sexto, hijo de Pompeyo el Grande, quien temiéndose lo peor para su
padre contrató a Erichtho, la Bruja de Tesalia, para que conjurara a
algún espíritu que le transmitiera información de primera mano de todo
lo que ocurría en el campo de batalla entre su padre y César…Cuando el
monstruoso murmullo de Erichtho haya llegado a las estrellas querrá
decir que la Bruja de Tesalia podrá forzar a los dioses a cambiar los
acontecimientos porque las Brujas lo hacen con amor y no tienen los
corazones duros y fríos como Las Parcas…”.
Y continúa hablando de Erichtho más adelante: “…….su destino es la
llanura de Farsalia donde César derrotó a Pompeyo el año 48 a.C. en una
batalla decisiva durante la Guerra Civil Romana. Erichtho, una bruja de
Tesalia, deambula por esos campos. Ahí, los fantasmas de los viejos
tiempos han instalado sus tiendas de campaña y encendido las hogueras al
caer la noche. Erichtho ve una extraña luz en el cielo, presagiando la
llegada de Fausto y sus compañeros……“.
No volvemos a saber nada más de las Brujas de Tesalia ni de
Erichtho hasta que Dante (1265-1321) pregunta en “La Divina Comedia“, si
alguien ha bajado del Infierno Superior al Infierno Inferior y que si
bajar es la penitencia impuesta por los juegos de mesa que él y Virgilio
ocasionalmente jugaban durante el tiempo en que estuvieron juntos, ya
que Dante quería saber si su guía, su admirado Virgilio, estaba enterado
de su misión y Virgilio respondía rápidamente que si, que sabía muy
bien lo que hacía, que él había hecho ese viaje algunas veces y que
sabía lo que había que hacer; Virgilio aseguraba que había sido
emplazado por Erichtho para recuperar algunas almas de los Círculos más
profundos del Infierno y Dante tergiversó a su antojo los escritos de
Lucano acerca de la Bruja de Tesalia escribiendo lo siguiente:
“Erichtho, una bruja sedienta de sangre, invoca desde la ultratumba a la
sombra de un soldado muerto recientemente y ese espíritu es incapaz de
revelar el futuro de la guerra civil entre Pompeyo el Grande y César….“.
Dante lo que pretendía era convertir a su admirado Virgilio en una
víctima de Erichtho ya que de todos es sabido que Virgilio era muy
amante de la magia y las ciencias ocultas, aficiones que en la Edad
Media no eran muy bien vistas. Y seguimos leyendo cómo se desarrolló el
viaje entre los dos Infiernos, con Virgilio como guía: “…..una bruja
llamada Erichtho reclamó al espíritu de Virgilio volver a la Tierra ya
que su especialidad era invocar a los espíritus, ella mandó a Virgilio a
lo más profundo del Infierno en el centro mismo de la Tierra para
buscarle a ella otro espíritu……”. Nadie más vuelve a escribir sobre
Erichtho hasta que Goethe (1749-1832), en su obra ”Fausto“, nos presenta
a Erichtho, que habla para presentarnos a las Brujas del Alto Sabbath,
cuyas apariciones preceden a la entrada en escena de Mefistófeles, de
Fausto, y de los ritos que dan como resultado la secuencia del sueño de
Fausto como caballero viviendo en un castillo con Helena de Troya. Así
como de otras brujas de la antigüedad hay muchísima información, a
través de diferentes Mitologías y leyendas recopiladas a lo largo de los
siglos, de Erichtho y las Brujas de Tesalia no hay ninguna información
ni referencias hasta Lucano en el año 50 de nuestra era. Pero la
literatura las ha puesto en un lugar de honor, bien sea en el Infierno
de Dante o en la primera escena de Fausto. Y convendréis conmigo en que
es curioso que autores tan importantes como Dante o Goethe se refiriesen
a estas brujas prácticamente desconocidas.
Diodoro presenta uno o dos hechos más: los atlantes se alababan de
poseer la tierra en que todos los Dioses habían nacido; así como también
de haber tenido a Urano por primer Rey, el cual fue también el primero
que les enseñó la Astronomía. Muy poco más de esto ha llegado a nosotros
de la antigüedad. El mito de Atlas es una alegoría fácil de comprender.
Atlas es los antiguos Continentes de la Lemuria y la Atlántida,
combinados y personificados en un símbolo común. Los poetas atribuyen a
Atlas, lo mismo que a Proteo, una sabiduría superior y unconocimiento
universal, y especialmente un conocimiento completo de las profundidades
del océano; pues en ambos Continentes hubo razas instruidas por
Maestros divinos, y ambas fueron arrojadas al fondo de los mares, en
donde ahora dormitan hasta su próxima reaparición sobre las aguas. Atlas
es el hijo de una ninfa del océano, y su hija es Calipso, el “abismo
acuoso”.
La Atlántida fue sumergida bajo las aguas del océano y su progenie
duerme ahora el eterno sueño en los lechos oceánicos. La Odisea hace de
él el guardián y “sostenedor” de las enormes columnas que separan los
Cielos de la Tierra. Él es su “soportador”. Y como tanto la Lemuria,
destruida por fuegos submarinos, como la Atlántida, sumergida por las
ondas, perecieron en los abismos del océano, se dice que Atlas se vio
obligado a dejar la superficie de la Tierra y reunirse a su hermano
Iapetus en las profundidades del Tártaro.
El escritor Sir Theodore Martin tiene razón al interpretar esta
alegoría como significando Atlas de pie en el suelo sólido del
hemisferio inferior del universo, sosteniendo así al mismo tiempo el
disco de la tierra y la bóveda celeste. Porque Atlas es la Atlántida,
que sostiene sobre sus “hombros” los nuevos continentes y sus
horizontes. Decharme, en su “Mythologie de la Grèce Antique”, expresa
duda sobre la exactitud de la traducción, pues no es posible comprender
cómo Atlas puede sostener a la vez diversas columnas situadas en varias
localidades. Si Atlas fuera un individuo, la traducción sería
incorrecta, pero como personifica un Continente en Occidente, que se
dice sostiene la Tierra y el Cielo a la vez, esto es, los pies del
gigante pisan la tierra, mientras que sus hombros sostienen la bóveda
celeste -una alusión a los picos gigantescos de los Continentes Lemur y
Atlante-, el epíteto de “sostenedor” resulta muy exacto. El concepto se
debió seguramente a la gigantesca cordillera que corría a lo largo del
borde terrestre.
Estas montañas hundían sus estribaciones en el fondo mismo de los
mares, al paso que elevaban sus crestas hacia el cielo, perdiéndose su
cima en las nubes. Los antiguos continentes tenían más montañas que
valles. Atlas y el Pico de Tenerife, actualmente dos restos
empequeñecidos de los dos perdidos continentes, eran tres veces más
elevados en tiempo de la Lemuria, y dos veces más altos en el de la
Atlántida. Así, según Herodoto, los libios llamaban al Monte Atlas la
“Columna del Cielo”.
Atlas era un pico inaccesible de una isla, en los días de la
Lemuria, cuando el continente africano aún no se había aún levantado. Es
la única reliquia Occidental que sobrevive y que pertenece al
Continente en que la Tercera Raza nació, se desarrolló y cayó, pues
Australia es ahora parte del Continente Oriental. El orgulloso Atlas,
según la tradición esotérica, habiéndose hundido una tercera parte en
las aguas, las otras dos quedaron como herencia de la Atlántida. Esto
era también conocido por los sacerdotes egipcios y por el mismo Platón;
impidiendo que fuese conocida toda la verdad el juramento solemne de
guardar el secreto, que se extendió hasta a los misterios del
Neoplatonismo.
Tan secreto era el conocimiento de la última isla de la Atlántida,
en verdad, a causa de los poderes sobrehumanos que poseían sus
habitantes, los últimos descendientes directos de los Dioses o Reyes
Divinos, según se creía, que el divulgar su situación y existencia era
castigado con la muerte. Teopompos, que pertenecía a la antigua comedia
griega, dice otro tanto en su obra Meropis, cuando habla de los fenicios
como los únicos navegantes de los mares que bañan la costa occidental
del África; quienes se revestían de tal misterio, que muchas veces
echaban a pique sus propios barcos para hacer perder todo rastro de
ellos a los extranjeros demasiado curiosos.
Hay orientalistas e historiadores que, mientras permanecen
impasibles ante el lenguaje más bien crudo de la Biblia y ante algunos
de los sucesos que en ella se relatan, muestran gran disgusto ante la
“inmoralidad” de los Panteones de la India y de Grecia. Se nos puede
decir que antes que ellos, Eurípides, Píndaro y hasta el mismo Platón
expresaron el mismo disgusto; que ellos también se sintieron irritados
ante los cuentos que se inventaban, “esos cuentos miserables de los
poetas”, según frase de Eurípides. Pero quizá hubiera otra causa para
esto. Según Blavatsky, para los que sabían que había más de una clave
para el Simbolismo Teogónico, era un error el haberlo expresado en un
lenguaje tan crudo y engañoso. Parece que existe un cielo donde todos
los símbolos, alegorías y parábolas y sus completas interpretaciones
están preservadas. Cuando meditamos sobre ellas, penetramos en ese
cielo. Se ha dicho que hay siete interpretaciones de ese lenguaje:
cósmico, astronómico, astrológico, teogónico (el génesis de los Dioses),
racial, psicológico y oculto. Si el filósofo ilustrado y sabio podía
discernir el meollo de la sabiduría bajo la grosera corteza del fruto, y
sabía que este último escondía las más grandes leyes y verdades de la
naturaleza psíquica y física, así como del origen de todas las cosas; no
así el profano no iniciado. Para éste la letra muerta era
la religión, mientras que la interpretación era sacrilegio. Y esta letra
muerta no podía edificarle, ni hacerle más perfecto, al ver que
semejante ejemplo le era dado por sus Dioses. Pero para el filósofo, y
especialmente el Iniciado, la Teogoníade Hesiodo es tan histórica como
pueda serlo cualquier historia.
Platón la acepta como tal, y expone tantas de sus verdades como sus
juramentos se lo permitían. El hecho de que los atlantes pretendiesen
que Urano fue su primer rey, y que Platón principie su historia de la
Atlántida por la división del gran Continente por Neptuno, el nieto de
Urano, muestra que hubo otros continentes antes que la Atlántida, y
reyes antes que Urano. Pues Neptuno, a quien tocó en suerte el gran
Continente caído, encuentra en una pequeña isla sólo una pareja humana
hecha de barro, esto es, el primer hombre físico humano, cuyo origen.
Según Blavatski, principió con las últimas subrazas de la Tercera
Raza-Raíz. El Dios se casa con su hija Clito y su hijo mayor Atlas es el
que recibe como herencia la montaña y el continente llamados por su
nombre. Ahora bien, todos los Dioses del Olimpo, así como todos los del
Panteón Hindú y los Rishis, eran las personificaciones de los Poderes
Inteligentes de la Naturaleza; de las Fuerzas Cósmicas; de los Cuerpos
Celestes; de los Dioses o Dhyân Chohans; de los Poderes Psíquicos y
Espirituales; de los Reyes Divinos de la Tierra o encarnaciones de los
Dioses; y de los Héroes u Hombres Terrestres. El saber distinguir entre
estas siete formas la que se pretendía, es cosa que perteneció en todo
tiempo a los Iniciados, cuyos primeros predecesores habían creado este
sistema simbólico y alegórico.
Los Rishis eran antiguos sabios que habitaban en las cuevas
secretas de las montañas sagradas del Himalaya , hace miles de años,
llevando una vida de austeridad, penitencia y meditación, para ayudar a
la Humanidad atrapada en la cárcel del “samsara” (la rueda de
renacimientos y muertes) a liberarse y a unirse con la Energía Absoluta.
El Supremo Dios Shiva creó la filosofía de Tantra-Mantra-Yantra y
comunicó a estos sabios por medio de una Revelación que este método era
el más rápido y eficaz para alcanzar la Iluminación Espiritual y la
Liberación del Alma. Un Yantra es un diagrama místico. La simbología del
Yantra incluye la clave para descifrar los misterios de la Naturaleza y
para obtener poderes directamente de la Energía Cósmica. Cada palabra o
símbolo que aparece en el Yantra es el detonante de las Fuerzas del
Absoluto, atrayendo el magnetismo secreto que existe en el Universo. Hay
un Yantra para cada deseo, entre los que destaca el Gayatri Mantra, que
es uno de los Mantras Védicos más sagrados, y el más alabado y venerado
por la mayoría de los yoguis, debido a su elevada finalidad y a su
incomparable belleza espiritual. Sus palabras transcritas del sánscrito
son: “Om. Meditamos en la gloria de ese Ishwara que ha creado el
Universo, a quien es justo adorar, que es una encarnación del
Conocimiento y de la Luz, y que es el Destructor de todos los pecados y
la ignorancia. Ojala que Él ilumine nuestros intelectos“.
Jose garcia
Fuente: Biblioteca Pleyades
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